De mis HOJAS DE OTOÑO
SOLEDAD CRÓNICA
Cuando la soledad se hace crónica
te vas apagando poco a poco cada día. Deseas que llegue la noche y ¿para qué? Das
miles de vueltas entre unas sábanas frías esperando a Morfeo que se demora
demasiado y se obstina en no llegar
El día se presenta igual que el
de ayer, el anterior y el de hace un montón de días. No tengo ganas de comer
nada y como no tengo quien me insista y obligue paso olímpicamente del trance.
¿Dónde están mis cinco abrazos
diarios que dicen necesita cada persona?
Recuerdo a mi madre más que
nunca, ella me comprendería, sin tener que explicar nada sabría qué es lo que
siento por dentro, entendería qué es ese dolor casi físico que muchas ocasiones
siento.
La casa cada día es más grande o
tal vez sea yo quien cada día soy más pequeña.
Para ayudarme, tengo cada despertar
las mismas noticias: incendios, robos, secuestros, asesinatos, más políticos
corruptos con grandes mansiones, mientras miles de personas las hunde la
desesperanza de no saber ni poder como llegar a finales de mes; y esos miles de
refugiados sin refugio y sin que las cabezas pensantes hagan algo para
remediarlo ¡Dios! ¿qué estamos haciendo
con este mundo?
Estas cosas no me ayudan a
levantar mi ánimo que marcha siempre hacia abajo como la bolsa.
Quizás mañana saldrá el sol.
Quizás mañana saldrá el sol.
Marila.