sábado, 7 de mayo de 2016


De mis HOJAS DE OTOÑO

SOLEDAD CRÓNICA

Cuando la soledad se hace crónica te vas apagando poco a poco cada día. Deseas que llegue la noche y ¿para qué? Das miles de vueltas entre unas sábanas frías esperando a Morfeo que se demora demasiado y se obstina en no llegar

El día se presenta igual que el de ayer, el anterior y el de hace un montón de días. No tengo ganas de comer nada y como no tengo quien me insista y obligue paso olímpicamente del trance.

¿Dónde están mis cinco abrazos diarios que dicen necesita cada persona?

Recuerdo a mi madre más que nunca, ella me comprendería, sin tener que explicar nada sabría qué es lo que siento por dentro, entendería qué es ese dolor casi físico que muchas ocasiones siento.

La casa cada día es más grande o tal vez sea yo quien cada día soy más pequeña.

Para ayudarme, tengo cada despertar las mismas noticias: incendios, robos, secuestros, asesinatos, más políticos corruptos con grandes mansiones, mientras miles de personas las hunde la desesperanza de no saber ni poder como llegar a finales de mes; y esos miles de refugiados sin refugio y sin que las cabezas pensantes hagan algo para remediarlo  ¡Dios! ¿qué estamos haciendo con este mundo?

Estas cosas no me ayudan a levantar mi ánimo que marcha siempre hacia abajo como la bolsa.
Quizás mañana saldrá el sol.

Marila.